Los olores de la vida
El vuelo había sido largo, pero no había tiempo para descansar. Nada más salir del avión me había dirigido junto al jefe, Hidalgo, al lugar de trabajo. Encontramos todo patas arriba y ya llevaba más de 12 horas jugando a mi juego favorito. Estaba entrenado para estas situaciones y, aunque ya se me consideraban viejo para aquella tarea, estaba casi sordo de un oído a causa de un accidente el año anterior y mi vista ya no era la de otros tiempos, seguía siendo el mejor.
Las ordenes debían ser precisas y claras, la compenetración con Hidalgo debía ser máxima para obtener los resultados que todos estaban esperando.
Había muchas interferencias que dificultaban una concentración adecuada, pero en todos estos años me habían enseñado a centrarme en el objetivo, debía buscar los indicios y seguir la pista hasta que mi sentido más desarrollado detectara las huellas de la vida. A veces era orín o defecaciones recientes, otras sudor o sangre.
Estábamos a punto de tomarnos un descanso, el juego había sido agotador, cuando Hidalgo me condujo hasta aquella mole de escombros y me dijo:
-Uno más Salva, puede que esta vez tengamos suerte – y me indico la dirección más segura, un hueco estrecho por el que solo alguien pequeño como yo podía entrar.
Siempre era peligroso, mis numerosas cicatrices lo atestiguaban.
Encontré un indicio débil, orín reciente, y me esforcé por no perderlo entre el humo y el hedor a carne en descomposición. El hueco era inestable y cuando se desprendieron algunos cascotes Hidalgo me ordenó salir. Desobedecí la orden, sabía que eso significaría una reprimenda o un castigo peor, pero el sonido había sido claro y estaba muy cerca: un llanto. El olor a orín se mezcló con otro inconfundible y que solo perduraba durante escasos minutos: chocolate. La excitación me desbordaba.
-Puede que aún no sea demasiado tarde – la idea me dio fuerzas y seguí adelante.
Las órdenes de Hidalgo se habían convertido en gritos e insultos.
-Maldita sea Salva, ¡sal ahora mismo de ahí!, esto se puede venir abajo en un momento.
Seguía sin hacer caso, al fin y al cabo estaba medio sordo.
De pronto quedé paralizado por la alegría. Allí, a escasos metros, pude ver una mano, pequeñita y... SE MOVÍA. Comenzé a dar gritos como un loco, esa era la señal para Hidalgo. Para mí el juego había terminado por hoy y por fin había sido un final feliz.
Ese día, los noticiarios de medio mundo se hicieron eco de la noticia: ... después de cinco días de infructuosa búsqueda de supervivientes del gran terremoto que sufrió el país, hoy, el equipo de rescatadores de La Guardia Civil Española formada por el Capitán Hidalgo y su fiel compañero, el perro Pastor Alemán Salva, han encontrado, milagrosamente con vida, a una niña de tan solo cinco años...
Imágen: Charco azul. Cabildo Insular de El Hierro. http://www.elhierro.es/index.php?item=00100040
Imágen: Charco azul. Cabildo Insular de El Hierro. http://www.elhierro.es/index.php?item=00100040
¡¡maravilloso relato!!
ResponderEliminarSon criaturas especiales ¿verdad? yo he conocido a uno, guía de un invidente y es un auténtico amor; ¡cuánto tenemos que aprender de ellos!
Te dejo mi abrazo cálido
Original y risueño.
ResponderEliminarMe encantò el final feliz.
Un abrazo.
Precioso, Ibso, te enlazo al post de ayer.
ResponderEliminarmuchas gracias por deleitarnos con tan bellisimo y emotivo relato, un besin muy grande de esta asturiana.
ResponderEliminarMuy lindo ibso!!!!!!!!!
ResponderEliminarBrilante Ibso, si alguien se merece una entrada en esta semana que hemos dedicado al sentido del olfato, esos son los perros especializados en buscar supervivientes de tragedias. Muy buen relato y un gran homenaje.
ResponderEliminarUn abrazo
Si en mi paseo por la mañanas estuve marchando detrás de mis vecinos ciegos ellos con su flamante perro ,estaba alucinado del la sincronización de persona y animal, teniendo que pasar varios cruces y calles complicadas,es para dar gracias al esfuerzo de las personas que son capaces de amaestrar esos benditos animales.
ResponderEliminarUn saludo
Me ha emocionado Ibso! Son terribles estos accidentes naturales, y muy sabios los animales! Besos.
ResponderEliminarque maravilla de relato y que bien has desarrollado el tema del olfato a través del punto de vista de Salva (un autentico héroe ).
ResponderEliminarUnbesazo
te esperamos con la aportación al sabor
Un precioso relato Ibso.Estremecedor si llegas a identificarte en la misma piel del hecho.Y es que , cuando ocurren catástrofes de esa enorme magnitud poder salvar vidas es gratificante y con la ayuda de tan especiales animales es brillante.Reconozco y admiro la brillante labor de esos animales y sus adiestradores.
ResponderEliminarUn Abrazo fuerte.
Bendito orin reciente. Gracias por traernos este relato tan positivo.
ResponderEliminarAbrazo. Jabo
Conmovedor relato, me dejó perpleja y entusiasmada hasta el final. Lo escribes bien porque vas adentrándonos en él poco a poco hasta llegar al final.
ResponderEliminarCuando ocurren estas catástrofes de tanta embergadura, ellos son los héroes de la historia, salvando vidas humanas...ese equipo formado por hombres y animales.
Te felicito
Un saludo
Me encantan los finales felices IBSO, linda historia.
ResponderEliminarFeliz semana para ti.
Un abrazo.
MARILUZGH: A veces, lo más importante que podemos aprender de los animales es, paradójicamente, humanidad. Un abrazo para ti también.
ResponderEliminarEL GAUCHO SANTILLÁN: Los finales felices son comienzos esperanzadores. Un abrazo amigo.
MARIAJESUSPARADELA: Gracias por el enlace y me alegra que te haya gustado.
OZNA-OZNA: Gracias a ti por tu presencia y tu comentario.
EGUZKI: Un poquito de optimismo, un poquito de esfuerzo y un poquito de valor. Que alegría verte por aquí.
JOSE VTE.: Gracias por la inspiración. Un abrazo.
JOSE: Según creo se escoge animales con ciertas características: inteligencia, docilidad, buen carácter,... Un saludo.
FELICITAT: Emocionar con un escrito es algo que no esperaba conseguir este novato inventor de historias. Gracias.
ANUSKY66: Espero que se me ocurra algo para el sabor. Cuanto me alegro que te haya gustado. Un abrazo.
CERYNISE: Los animales, al igual que los seres humanos, son capaces de grandes hazañas. Un abrazo.
JABO: Me agrada contribuir a trasmitir un poco de optimismo. Un abrazo.
PRINCESA115: Eres muy amable. Cuando escribía este relato trate de que no se supiera que era un perro hasta el final, de esta manera en la imaginación del lector. Salva aparecería como una persona. Espero haberlo logrado. Un saludo.
CARMEN ROSA: A mí también me gustan los finales felices. Gracias por tu visita. Un abrazo.
¡Gracias a tod@s por conversar en el camino!.
Ibso.
Querido Ibso: ¡un verdadero placer reencontrarte y volver a leerte! La historia, de la que me gustan: dramática hasta casi llegar a la tragedia pero con final de los que me hacen llorar de alegría! ¡Y, encima, Salva era un perro, uno de mis lindos niños! Eres genial imaginando y escribiendo, ¡¡¡ENHORABUENA!!!
ResponderEliminarQuiero darte las gracias también por haber vuelto a mi amorosoro rinconcito poético después de mi misteriosa desaparición "a la francesa"... Han sido unos meses horrorosos, hundida en un pozo de tal profundida que me calentaba con las llamas del infierno... Marcharme fue cuestión de supervivencia: o el blog, o yo... Y obviamente, decidí luchar para salir de ese horror en el que había caído por múltiples razones que no vienen al caso...
Ahora me tomo las cosas con más tranquilidad, disfruto mucho más de los poemas y creo que se nota en las ilustraciones que hago de sus versos y sus estrofas... Porque buceo en cada uno de ellos hasta llegar a su significado más profundo, y te aseguro que nunca he sido más feliz que en este mes que llevo escribiendo de nuevo (inicialmente lo hice a puerta cerrada para ver si era capaz de nuevo de volver a hacer lo que más amo, porque hasta eso se llevó mi hundimiento)...
Gracias por compartir, por ser y por estar...
Un beso y una flor!
AMADA AMANTE: Marta no tenía ni idea de todo eso. Me alegra que ya te encuentres mejor. Gracias a ti por caminar y conversar en este camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ibso.
Da gusto leer esta historia, dar la palabra a quien no la tiene, pero habla con otras señales, ha sido una buena idea.
ResponderEliminarUn saludo
Podría haber terminado en tragedia, en cambio, tuvo un final feliz, me ha encantado, Ibso.
ResponderEliminarUn beso.
CAMINO A GAIA: Antes de nada te quiero dar la bienvenida, siéntete como en tu casa.
ResponderEliminarPara mí, todo lo que existe tiene voz (produce sonido) y, por lo tanto, aprender a escuchar se convierte en algo más que poder oír. Un saludo.
MARÍA: Había mucha tragedia alrededor de este gran equipo, pero a ellos solo les movía una idea: conseguir un poco de esperanza. Los verdaderos héroes son los que consiguen llevar esperanza a quienes la perdieron, a quienes la vida aplastó contra el suelo y no saben como volver a caminar. Un abrazo.
Gracias a ambos por conversar en el camino. Ibso.