Este jueves un relato: EN NOMBRE DE DIOS
NASA’s Hubble Sees Martian Moon Orbiting the Red Planet |
Con vuestro permiso re-edito un texto que publiqué en este blog hace seis años, en la semana de la visita del entonces Papa Benedicto XVI a Madrid y coincidiendo con la declaración por parte de Naciones Unidas de la hambruna en el cuerno de África.
¿Por qué me duele el corazón?
Hay veces que me duele el corazón, ese dolor, generalmente diluido entre tantas alegrías que la vida me ofrece y yo disfruto.
Pero cuando mis ojos y mis oídos no entienden las ostentaciones de quienes pregonan la pobreza como camino, quienes sermonean desde púlpitos de oro la bendición de ayudar a los necesitados, de ser compasivos y solidarios con quienes menos tienen; y luego, gastan millones para ver a un solo hombre; entonces me duele el corazón.
Pero no me duele por quienes gastan, por quienes figuran, por quienes mienten para seguir ostentando el poder que su condición humana les ofreció en vida y que nada significa en la vida eterna que anhelan; me duele el corazón por los que siguen quedando fuera de esa salvación comprada con una hipocresía dorada, por los que siguen muriendo de hambre cada minuto, por los que siguen enfermos y sin esperanzas, por los que son descuartizados en las guerras olvidadas, ahogadas sus súplicas de justicia entre sangre y dolor, por todos los olvidados, proscritos de fe o de condición, de ideología o género.
Porque sé, de lo poco que sé, que si Dios existe, estaría con ellos, sufriendo, sangrando y muriendo; sin entender, sin esperar ser salvado por los que dicen creer en Él.
Participación en los relatos jueveros. Convoca y organiza en esta ocasión Maribel desde su blog Soliluna, donde podeis leer al resto de los participantes.
Participación en los relatos jueveros. Convoca y organiza en esta ocasión Maribel desde su blog Soliluna, donde podeis leer al resto de los participantes.
Duele el corazón, el cuerpo, todos los sentidos, la conciencia. Le dolemos mucho a Dios. No nos cansamos de crucificar a sus hijos que son nobles. Es que Dios es un bonachón muy utópico, que nos dio libre albedrío... ha confiado en nosotros. La hambruna seguirá y el oro de las iglesias, también.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso.
La hipocrecía no es un pecado capital pero debería serlo.
EliminarUn abrazote.
Mejor pensado: no un pecado capital, sino un delito.
Eliminarescribes profundo
ResponderEliminardesde el fondo de tu alma
me gusta
Gracias.
EliminarA veces el alma se me sale por la boca y quiere escapar.
Totalmente de acuerdo. Ese padre que se olvida de sus hijos...
ResponderEliminarUn saludo
Maribel
El Padre nunca olvida a sus hijos, sufre, sangra y muere con ellos. Tambien se regocija, festeja y vive con otros de sus hijos más afortunados.
EliminarOjalá los hermanos se amaran como El nos ama.
Me parece que por el hecho de ser caótico tiende a aparecer cierto orden que las culturas, inmersas en su impotencia ante ello, han dado en denominar "divinidad". Pero no conviene olvidar que se trata de una consecuencia de nuestra incapacidad para establecer unas reglas, por tanto orden, ante tal inmensa aleatoriedad.
ResponderEliminarAnte el cálculo de probabilidades puede que se comprendan mejor mis palabras.
Vivir bajo el yugo del ego resulta engañosa doctrina por tanto nuestra pobre sociedad vive un sin vivir, un infierno, en su triste y particular lucha por ordenar su caos interno.
Quizás porque la aletoriedad es una característica fundamental del universo. Los humanos nos hemos empeñado durante siglos en ordenar lo que no tiene orden y nuestros desequilibrios sociales y morales vienen de la frustación que sufrimos por no conseguirlo.
EliminarUn abrazote.
Duele el corazón, y seguirá doliendo, porque el ser humano no da muchas muestras de querer retomar de su verdadera esencia, la que permite que todos podamos vivir con dignidad y en paz.
ResponderEliminarEn un tema siempre discutible como la existencia o no de Dios, tú nos ofreces una reflexión excelente y concluyente sobre el verdadero amor al prójimo.
Permíteme que te conteste con lo que me sugiere tu comentario:
EliminarEn el tiempo que transcurre un parpadeo
sintió el goce de estar unido a TODO.
No era creyente de NADA
pero desde aquel instante
fue menos humano
y más UNIDAD.
Los grandes contrastes de este mundo desconciertan e indignan. Si nos dejamos vencer por la desesperanza, se nos nubla la razón y la vida aparenta no tener sentido. no es así. Hay que buscar nuestro propio camino sin claudicar.
ResponderEliminarUn abrazo
Este se llama CAMINO A UTOPÍA. Y no temas, mis esperanzas en el ser humano son tan sólidas que jamás claudicaré.
Eliminar¡Gracias y un gran abrazo!
Este testimonio tiene total validez en el día de hoy.
ResponderEliminar¡¡¡Qué pena!!!
E igual que yo lo veo y siento, otros lo ven y sienten.
EliminarMi esperanza y credo es que esa pena, algún día, se transforme en júbilo.
Un abrazo.
El dolor y la sinrazón no tienen fecha. Qué pena.
ResponderEliminarBesos
Pero si memoria.
EliminarUn abrazote.
Dolor de corazon, por tantas cosas...
ResponderEliminarUn beso.
Y alegrías por tantas otras, para nuestra fortuna y gloria.
EliminarUn abrazo.
Somos pecadores y por lo tanto siempre dolerá el mundo.
ResponderEliminarBesos.
¿Cómo se puede ofender a Dios? Solo se ofende al hombre, así que el pecado solo es cosa de hombres, un yugo más para dominarnos y hacernos esclavos de otros hombres.
EliminarDime algún pecado que no hayan cometido aquellos que predican contra ellos.
No hay pecados, solo delitos entre los hombres.
Un abrazo.
Te he de decir que la iglesia, o sea el pueblo de Dios o bastantes del pueblo de Dios, no la cúpula de la iglesia, si luchan contra estas hambrunas, Intermon, Cáritas, Manos unidas. No, no es suficiente y es verdad que el vaticano se tendría que deshacer de parte de sus riquezas, pero mientras sea un estado se comportará como tal.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Y por qué la iglesia debe ser un estado?
EliminarCuando yo era catequista de jóvenes les decía que la Iglesia estaba detro de ellos. ¿Te suena aquello de: Donde se encuentren dos o más en mi nombre allí estaré Yo?
Un abrazo.
Si nos páramos y miramos con los ojos del corazón está vida duele.
ResponderEliminarBesos
Sí San, y también esta vida es goce, alegría, diversión, amor. El dolor nace de la injusticia, la desigualdad, la apatía, la ignorancia, la falta de empatía y la avaricia (y alguna más que se me queda atrás, seguro).
EliminarUn abrazo.
Despues de una visita al Vaticano hay que estar ciego para no pensar como tu, lo triste es que esa iglesia ostentosa vuelve a imponerse en medio de los más pobres, hoy en dia hablas de la teologia de la liberación y suena a chino.Magnifica reflexión, besos.
ResponderEliminarA mi no me suena a chino la teología de la liberación.
EliminarGracias. Un abrazo.
Tu testimonio no ha perdido vigencia, siempre aparece otro paisaje desolador que hace que se nos estruja el corazón!, gracias por tu reflexión
ResponderEliminarAbrazo
Por desgracia los paisajes desoladores no desaparecen sin más.
EliminarUn abrazo.