Enemigo
Aviso:
Este relato NO ES APTO para todos los públicos y puede llegar a herir la sensibilidad del lector.
Este relato NO ES APTO para todos los públicos y puede llegar a herir la sensibilidad del lector.
Participación en el proyectos de Adictos a la escritura del mes de marzo. Temática del mes: "La frase" (resaltada en color rojo). La que me tocó, tras el sorteo, fue propuesta por Esther, del blog "La morada de Isthar"
En todos esos años, despertarse resacoso y desnudo en un sillón desconocido no era lo peor que le pasaba. Para David Manson era habitual acabar una noche de evasión en el prostíbulo de Madan Kang, uno de los más asquerosos e inmundos locales de la ciudad.
En todos esos años, despertarse resacoso y desnudo en un sillón desconocido no era lo peor que le pasaba. Para David Manson era habitual acabar una noche de evasión en el prostíbulo de Madan Kang, uno de los más asquerosos e inmundos locales de la ciudad.
Como siempre, estaba borracho y ciego de cocaína y a ella,
ya no le sorprendía que él apenas pudiera consumar el acto sexual.
David observaba el cuerpo de
Angelique desde la penumbra de la habitación. El ritual de la ducha después de
cada coito era algo ineludible para aquella mujer.
– Es hermosa – pensó mientras cogía ansioso el Colt Peacemaker de su chaqueta e introducía una de las seis balas del 45 en el tambor, lo hacía girar y metía el cañón en su boca.
– Es hermosa – pensó mientras cogía ansioso el Colt Peacemaker de su chaqueta e introducía una de las seis balas del 45 en el tambor, lo hacía girar y metía el cañón en su boca.
Sin siquiera pestañear apretó el gatillo.
– ¡Mierda! – exclamó – Ni en esto tengo suerte – e insertó otra bala para continuar con el juego.
Esta vez, sin embargo, se detuvo.
Volvió a observar la fotografía descolorida que sostenía con delicadeza en la
mano izquierda.
– ¿Por qué? – repetía insistentemente, sin esperanza ya de encontrar la respuesta.
– ¿Por qué? – repetía insistentemente, sin esperanza ya de encontrar la respuesta.
Mientras, el dolor, la ira y el
odio volvían poco a poco para despertarle de aquella efímera liberación que el
alcohol, las drogas y el sexo le proporcionaban.
– ¡El cabrón de Fâruq sigue vivo! – gritó eufórico – aunque no por mucho tiempo.
Sonreía maliciosamente mientras
se deleitaba con la idea del dolor que provocaría a aquel hombre cruel y
sanguinario.
– Cuando amanezca – se dijo – volveré a Guantánamo a torturar a ese enemigo con todas las artes y medios que mi querida nación me permite. Le arrancaré la verdad y podré comprender, al fin, los motivos.
– Cuando amanezca – se dijo – volveré a Guantánamo a torturar a ese enemigo con todas las artes y medios que mi querida nación me permite. Le arrancaré la verdad y podré comprender, al fin, los motivos.
Volvió a girar el tambor del
revolver y lo acercó a la cabeza de Angelique. Ella yacía inconsciente dentro
de la bañera.
– Tu turno, querida – le dijo, aunque sabía que no le oía.
El disparo retumbó en las paredes del pequeño cuarto de baño haciendo mucho más atronador su sonido. Manson no se inmutó, sabía que en aquel barrio era común escuchar disparos. Nadie se molestaría en llamar a la policía.
– Tu turno, querida – le dijo, aunque sabía que no le oía.
El disparo retumbó en las paredes del pequeño cuarto de baño haciendo mucho más atronador su sonido. Manson no se inmutó, sabía que en aquel barrio era común escuchar disparos. Nadie se molestaría en llamar a la policía.
Fârud temblaba de frío y
agotamiento sentado en la silla, bien atado y completamente desnudo. Lo había
mantenido despierto durante los últimos tres días arrojándole agua helada cada
vez que cerraba los ojos. Los potentes focos y la música, que escuchaba a un volumen
ensordecedor a través de los auriculares, hacían el resto.
– Bueno, viejo amigo, aquí estamos otra vez – le dijo David al tiempo que le aplastaba, por pura diversión, un dedo del pie con su enorme bota militar – Es curioso estas ironías del destino que hacen cambiar las tornas. Permíteme que en esta ocasión, sea yo tu anfitrión.
La unidad especial del FBI llegó
una semana más tarde, un vecino llamó a la policía.
– No podía soportar por más tiempo ese nauseabundo olor a carne en descomposición – dijo al agente especial Stantom.
Él y su compañera Foster conocían bien el “modus operandi” de aquel asesino en serie. Habían llevado el caso desde el principio.
– Con estas dos ya suman dieciocho victimas – observó Foster – Y aún no tenemos ni una maldita pista, ni huellas dactilares, ni fibras o restos de piel, ni siquiera un perfil psicológico del “cojo” – le llamaban así porque una de sus pisadas, lo único que conocían del asesino, era torcida.
– No podía soportar por más tiempo ese nauseabundo olor a carne en descomposición – dijo al agente especial Stantom.
Él y su compañera Foster conocían bien el “modus operandi” de aquel asesino en serie. Habían llevado el caso desde el principio.
– Con estas dos ya suman dieciocho victimas – observó Foster – Y aún no tenemos ni una maldita pista, ni huellas dactilares, ni fibras o restos de piel, ni siquiera un perfil psicológico del “cojo” – le llamaban así porque una de sus pisadas, lo único que conocían del asesino, era torcida.
– El patrón es idéntico – puntualizó Stantom – La mujer en la bañera con un disparo del 45 en la cabeza, o lo que queda de ella; totalmente desnuda y con signos de violaciones reiteradas. Se defendió, a juzgar por los hematomas en todo el cuerpo, aunque no creo que encontremos restos de piel bajo sus uñas. En la pared la misma frase escrita como siempre, supongo, con su sangre: “El enemigo esta en casa, siempre ha estado en casa”
Hizo una pausa y se dirigió, seguido de su compañera, a la habitación del hombre. Con la misma repugnancia de la primera vez, nunca conseguiría superar aquello, continuó:
– Cómo vez, todo igual, el hombre fue torturado por alguien muy experto. Se desangró muy lentamente y con tremendos dolores, pero sin perder jamás el conocimiento hasta el final.
– ¿Sabemos quienes son?
– Sí, el señor y la señora Haddad, emigrantes de raza árabe como en las demás... - Stantom paró su exposición al ver algo inusual. Se acercó con cuidado y recogió con las pinzas una fotografía que mostraba una pareja joven con un niño.
– No podemos tener tanta suerte – afirmó Foster, esperanzada de que “el cojo” hubiera cometido al fin un error – Tiene algo escrito por detrás.
Stanton giró aquel retrato de
familia y leyó: “Me cansé de reírme de vosotros, os esperaré donde morí por
primera vez”; y a modo de firma, una perfecta huella de sangre.
Tuvieron que recurrir a los
estamentos más altos para que la CIA les permitiera ver el expediente
clasificado del agente David Manson. Allí estaba todo:
Hoy en día aún cuentan la terrible historia de David Manson a todo aquel que
quiera oírla, y siempre comienzan su relato con la misma frase: “el enemigo está
en casa, siempre ha estado en casa”.
“David Manson comenzó
su carrera en la CIA como asesor y traductor de pashto, kurdo, persa y otras
lenguas menores habladas en países del norte de África. Felizmente casado con
Cheryl Manson, tuvieron un niño: Eddy. Ambos murieron en el atentado del once
de septiembre a las Torres Gemelas. Tras un periodo de baja del servicio por
este motivo, Manson pasó todas las pruebas psíquicas, físicas y de inteligencia
y se convirtió en un destacado agente de campo. Se especializó en lucha
anti-terrorista, infiltración tras las líneas enemigas, espionaje y tortura.
Participó en misiones en Afganistán e Irak, donde fue capturado y torturado por
Fârud, conocido como “el impasible”. Consiguió salvar la vida gracias a un
intercambio de prisioneros con el régimen de Sadam Husein, aunque nunca pudo
volver al servicio activo por las mutilaciones que sufrió durante su
apresamiento.
Entonces comenzaron los
incidentes: mató a una prostituta llamada Angelique, al parecer porque
sospechaba que había sido ella quien lo había traicionado. Sus superiores
decidieron apartarlo de todo aquello. Lo enviaron a Guantánamo como asesor en
métodos de interrogatorios. Y allí, la casualidad hizo que se reencontrara con
su torturador: Fârud, que había sido hecho prisionero tras la caída del régimen
iraquí.
Dicen que “el impasible” murió
gritando: “el enemigo está en casa, siempre ha estado en casa”.
Después de esto, el agente
David Manson fue expulsado".
- Aquí termina el informe –
concluyó la agente Foster – Después desapareció.
- Lo echaron a patadas de la
agencia – le respondió su compañero – Temían arrestarlo y que se le hiciera un
juicio. Al fin y al cabo, la CIA había creado este monstruo de un hombre
normal, alimentando su odio hasta que no pudieron controlarlo. Ahora, solo nos
resta ir a por él.
- ¿A dónde?, no sabemos donde...
– entonces Foster cayó en la cuenta – ¡El World Trade Center!.
El disparo de un rifle de
precisión acabó con la vida del asesino en serie más sangriento de la ciudad de
New York, justo cuando los agentes del FBI iban a esposarlo. Stanton y Foster
fueron separados y enviados a ocupar un despacho en el sitio más recóndito que
pudieron encontrar. Se les prohibió hablar de cualquier detalle del caso. Poco
después, ambos renunciaron y abandonaron el país con sus familias.
*Imagen tomada de internet
* El préstamo de este material lo hago sin autorización de su titular. No pretendo dañar ningún derecho reconocido a sus autores y si estos consideran que no deben figurar en este blog, ruego me lo notifiquen a fin de retirarlos a la mayor brevedad posible.
Nota del autor:
Hay un enemigo oculto en el corazón de cada hombre, mujer, niño o anciano: el odio; y solo una forma de combatirlo: el amor y el perdón. Muchos son los que intentan (y consiguen) que este sentimiento tan destructivo aflore en los demás para su beneficio y su lucro. La ingenuidad de pensar que esto no ocurre nos hace más vulnerables a ser utilizados y nos priva de la lucidez necesaria para saber cómo defendernos.
ibso
Un buen relato.
ResponderEliminarGracias GaMyr
EliminarUn relato sobrecogedor Ibso. Como bien dices, el mayor enemigo de una persona es el odio, éste lleva en muchas ocasiones a acciones de lo más denigrante y a que se pierda el concepto de humanidad.
ResponderEliminarSuerte en tu participación. El relato la merece.
(por cierto, supongo que quieres decir Apto al inicio)
Un abrazo
Sí, "apto" quise decir, se me trastabilló la c por la p. Muchas gracias por la corrección y por el comentario.
EliminarMuy buen relato, Ibso! Sólo agregaría que distinguieras mejor los diálogos, para que queden diferenciados del resto del relato.
ResponderEliminarBesos!
Muchas gracias por el consejo Maga. Ya lo corregí, espero que ahora se diferencie mejor.
EliminarUn abrazo
Realmente muy impresionante tu relato, sobre aquél tan sonado caso, creado por un gobierno que siembra infinitamente el odio en sus agentes y luego no sabe que hacer con ellos. Si que ofendes a la nación más doble moral, mientras que te admiramos.
ResponderEliminarTe dejo mi sentido abrazo.
No sabes lo que me ha costado escribir esta historia, no porque no pudiera hacerlo sino por lo mal que me hacía sentir.
EliminarSi fuera tan fácil, querida Sara, si este "enemigo" fuera un signo de perversión de una nación, de un credo o de una ideología. Pero no, temo que es algo mucho más profundo, más íntimamente ligado a nuestra esencia misma como especie, como seres humanos.
Como dije en la nota de autor del final del texto, este "enemigo" es el odio. Cualquier nación, ideología, credo, etnia, o grupo humano puede padecerla. La inquisición, el nazismo, el antisemitismo, el anti-arabe, el racismo,... son ejemplos de lo que te digo. En todas ellas hay un denominador común: el odio fue espoleado por unos pocos para conseguir poder, riquezas, gloria, fama,... En ningún siglo, en ninguna década, me atrevería a decir que en ningún año, ha estado exenta la civilización humana de este mal.
Esta el una reflexión mucho más profunda de lo que el propio texto refleja, y aún siendo tan duro y cruel su tratamiento, no creo haber rascado ni la superficie de lo que se esconde debajo.
Un gran abrazo y gracias por tu comentario
Ibso
Intenso y sobrecogedor!!Un relato muy original, con moraleja incluida!!
ResponderEliminarUn abrazo!!
Muchas gracias Patricia.
EliminarOtro abrazo para tí
Hola Ibso. Buenos dias: menudo relato. Ahora veo que no lo has escrito tu. Toda esta jerga criminal, pienso que debe de dolerle al que lo imagina. Es de una brutalidad punzante que hiero los sentimientos.
ResponderEliminarSupongo que debe estar perfectamente narrado, teniendo en cuenta que mí me ha parecido real y me lo he creído a piés juntillas.
Te mando un abrazo bien real. como la vida misma. Ah y también para tus chicas.
Para bien o para mal, si lo he escrito yo; y sí, me dolió imaginarlo, me dolió escribirlo y me duele releerlo. ¿Por qué lo hago entonces?, te preguntaras. Parte de la respuesta está en el comentario que le hice a Sara y en la nota de autor del final del texto.
EliminarMuchas gracias por esos abrazos. Que se multipliquen devueltos para ti y los tuyos.
Muy policial, he escrito algunos, hasta una novela que quedo en el camino y realmente a veces asusta leer eso que quedo en palabras y uno piensa si hay algo oculto en nuestra cabeza.
ResponderEliminarSaludos
A veces uno no reconoce lo que ha escrito, y eso asusta un poco. Otras, afortunadamente más a menudo, se reconoce en lo que escriben otros.
EliminarUn saludo y gracias por el comentario.
Ibso: Un relato sobrecogedor e intenso, que nos hace pensar en porque surge el asesino en serie, siendo que no fue uno, sino miles, los que fueron torturados.
ResponderEliminarSin embargo, existen personas que habiendo estado en campos de concentración, sublimaron sus vidas, siendo, incluso, benefactoras de la humanidad.
Con cariño: Doña Ku
Esos son los verdaderos héroes.
EliminarUn abrazo
muy buen relato, me ha encantado
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarDesde luego el relato tiene 'miga'; pero no creo que sea todo ficción, desgraciadamente :(
ResponderEliminarte felicito por su trabajo. Un abrazo
Siempre hay realidades que superan cualquier ficción, también en el otro polo (el positivo).
EliminarEn este caso todo salió de mi imaginación, y te aseguro que fue todo un reto escribir esto.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
muy bueno, de verdad. Hay escenas tan bien descriptas que una las "tiene delante de los ojos". Crudo, durísimo pero muy bien llevado
ResponderEliminarFelicitaciones
te dejo un abrazo
Para describir escenas y personajes uso una técnica que llamo de "brocha gorda a brocha fina". Con relato cortos como este, hago una descripción muy general de lo más importante o lo más intenso de la situación, dejando a la imaginación del lector casi todo. Si el relato fuera más largo, iría dando detalle más minuciosos, pero jamás sin dejar que el lector completara lo que falta.
ResponderEliminarSi relees el texto verás (a modo de ejemplo) que nombro solo dos veces la palabra "sangre", pero estoy seguro que tú al leerlo habrás imaginado un escenario muy sangriento y brutal, ¿me equivoco?.
Un ejemplo de este técnica puede ser la primera parte de PREMONICIÓN. Si lo lees y te engancha, te pido que esperes un día para seguir con las demás partes e imagines como sigue. Si consigo sorprenderte me doy por satisfecho. ¡Ah!, no está completo.
Un abrazo y gracias por tu comentario
Tu relato me hizo temblar, esta muy bien narrado y es muy sentido :) ¡gracias por compartir! ¡saludos Ibso! :)
ResponderEliminarY en definitiva, manejas muy bien esta tecnica de "brocha", me imagine mas sangre como dices :)
Muchas gracias por tu comentario, María.
EliminarUn saludo