Gaia tiene miedo
Gaia tiene miedo, «miedo a los “mostuos”»
como dice ella. Algunas noches, la niña se levanta de madrugada y se mete en
nuestra cama sollozando. Otras, se despierta tan asustada que apenas es capaz
de articular las palabras necesarias para llamarnos a gritos.
Gaia tiene miedo y nosotros, sus
padres, la consolamos e intentamos des-creerla: «Los monstruos no existen, mi
amor, son solo fruto de tu imaginación», le repetimos como en una letanía
aprendida hace ya tanto tiempo de nuestros propios progenitores. Pero Gaia no
termina de convencerse. Aún es muy pequeña para diferenciar lo que es real de lo
que es imaginado o, quizás, nosotros seamos demasiado cobardes para decirle la
verdad.
No nos gusta mentirle a nuestra
hija, esa mentira que creímos cuando éramos pequeños; que nuestros propios
padres nos contaban para tratar de que los terrores a los monstruos quedaran
solamente en las pesadillas que se producían cuando dormíamos.
Pero la verdad siempre termina
por aflorar, cuando creces, cuando el amor paternal deja de inventar ese mundo
de fantasía.
Y la verdad, la terrible verdad
es que… los monstruos si existen y son muy reales.
Pero no creáis que son fáciles de
reconocer: los monstruos reales se parecen a nosotros, de hecho, no se
diferencian a simple vista de cualquier otro ser humano. Podrían ser padres,
podrían ser hermanos o hijos, nietos o sobrinos; incluso, puede, que los
monstruos tengan miedo a los monstruos, igual que nosotros. Y lo más
terrorífico es que… para otros… también nosotros podemos ser monstruos.
Gaia tiene miedo a los “mostuos”
y nosotros, sus padres, tenemos miedo a que sufra en un mundo monstruoso, un
mundo construido o permitido por padres y madres, por abuelos y abuelas,
generación tras generación.
ibso
Desde la ternura hasta lo más profundo! Te quedó muy bello Ibso... Unos padres así, instalan en sus hijos un sensor muy bien estructurado para detectar mostuos y escapar de ellos, con facilidad para ponerse a salvo, en todas las circunstancias de su vida. Me encanta verte de padre.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso para los tres.
No es fácil decir de que va este texto, o mejor dicho, de que pretendía transmitir con él.
EliminarNosotros, como padres, hemos experimentado los miedos nocturnos que tienen casi todos los niños en su desarrollo normal. Usando esta situación tan común he intentado introducir varias ideas, a saber: los propios miedos de los adultos que a veces transmitimos a los hijos, el desasociego que produce descubrir que los monstruos existen y que son más terribles que los que soñabamos en la infancia y, lo que considero más terrible, el fingir que no pasa nada y la apatía que esto genera.
Gracias por conversar en el camino, Sara.
Muy linda tu reflexión. Aunque yo tengo bastante experiencia en chiquitos y opino que es mejor el camino inverso; o sea, meterse en la fantasía del niño, aceptando en primer lugar de que esos "monstruos" existen y, en segundo lugar, convenciéndolo de que son buenos, que lo van a cuidar y que no le van a hacer nada malo. Respetuosos saludos Ibso.
ResponderEliminarMi hija no tiene miedos nocturnos (ya no), pero los tuvo. Ella veía un "señor" acurrucado en un rincon de su habitación. Me cosidero una persona muy abierta de espíritu y mente, y nunca le dije que "los mostuos" no existieran. Para tranquilizarla cogía una bolsa de basura y atrapaba al monstruo y lo tiraba a la basura.
EliminarPero esta, la parte bondadosa de la reflexión, deriba en otra más real y cruda: los mosntruos que las sociedades modernas generan.
Un abrazo y gracias por conversar en el camino.
Con ese miedo tendremos que vivir.
ResponderEliminarTener miedo no es malo, lo malo es dejar que te domine.
EliminarUn gran abrazo y gracias por conversar en el camino.
Los monstruos están por todas partes, lo que ocurre que varían con nuestra edad. Buen fin de semana.
ResponderEliminarO quizás sean los mismos pero los miramos de diferente forma (hacia afuera y hacia adentro).
EliminarUn abrazo y gracias por conversar en el camino.
No sé si es una explicación tranquilizadora para dar. Sospecho que no lo es.
ResponderEliminarPero creo que hay que temer menos a los monstruos y más a los cazadores de monstruos, que se atribuyen el derecho a cazar vampiros, hombres lobos, por el hecho de serlo. Y de definir las caracteristicas que determinan que alguien sea un monstruo.
Es más efectiva la explicación de LAO.
Esta es la inspiración de este relato:
Eliminarhttp://directo.cadenaser.com/Event/Hora_25_en_Ceuta_y_Melilla_6598
Un abrazo y gracias por conversar en el camino.