Las memorias de Sera Tna (reedición y ampliación)
Participación en el proyectos de Adictos a la escritura del mes de Noviembre. Temática del mes: "Yo", que tiene dos requisitos:
-Debe estar escrito en primera persona.
-Intercambio de sexo en el protagonista: si eres mujer tu protagonista debe ser un hombre, y si eres hombre debe ser mujer.
-Debe estar escrito en primera persona.
-Intercambio de sexo en el protagonista: si eres mujer tu protagonista debe ser un hombre, y si eres hombre debe ser mujer.
(1ª parte)
Aquel mar ardiente que perdurará por siempre en mis pesadillas. Aquella última ciudad superviviente, único puerto de salida hacia el abismo que parecía flotar en ese tránsito, casi imperceptible, hacia la morada de los dioses.
Hemos vagado durante demasiado tiempo en esta oscuridad ingrávida anhelando un nuevo hogar libre de esos malditos ctónicianos, que ya apenas recuerdo el planeta que nos vio nacer.
Allí quedaron mi esposo y mi única hija; no existe una vida lo suficientemente larga para describir en palabras el dolor de su pérdida, acaecida de una forma tan atroz, tan brutal y sin sentido. Sólo nuestro nieto, su único hijo: Shukiro, derrama un poco de vida sobre este páramo yermo en el que, desde aquel aciago día, se convirtió mi corazón.
Es el samel1 4.960 del calendario antiguo. Mi nombre es Sera Tna, comandante en Jefe de la flota estelar de los Agir y... esta es mi historia.
***
(I) EXODO
Nave alienígena. Límite exterior del sistema solar Agir.
«Hubo un tiempo, cuando las pesadillas solo existían con los ojos cerrados, en que me acurrucaba bajo las sábanas de la cama de papá y mamá y allí me sentía la niña más valiente del reino. Mi mundo entonces era perfecto, utópico podría decir. Pero este recuerdo solo sería real si yo fuera humana, una niña humana con un padre y una madre»
Todos duermen ya. El sincro-navegador cuántico ha establecido la ruta más corta hacia La Tierra y dispuesto el protocolo de criogenización de toda la flota con las excepciones pertinentes para la verificación y resolución de posibles conflictos durante el largo viaje. Mi rango y dotes me obligan a ser una de esas excepciones. Calculo que envejeceré 85 sameles, unos 126 años terrestres (como buen navegante estelar, me obligo a pensar en unidades temporales de destino), mientras los demás permanecerán inmutables al paso del tiempo.
Tiempo, eso es lo único que me queda. Tiempo para meditar, tiempo para curar las heridas de la derrota e intentar enmendar la vergüenza del fracaso, mi fracaso.
Me pregunto cuánto de todo aquello fue real, qué no fue manipulado, cuál hubiera sido nuestro verdadero destino de no existir aquel mal antiguo, aquel enemigo invisible y poderoso que nos llevó por la senda de la destrucción sin que ni siquiera supiéramos (hasta el último instante) de su presencia y de sus propósitos.
Pero la utopía existió, llegamos a alcanzarla en aquel mundo que ya no perdura. Allí conocí el amor: fui feliz rodeada de muchos seres que me amaron y a los que jamás olvidaré porque los llevo en lo más profundo de mi corazón.
Pero la utopía existió, llegamos a alcanzarla en aquel mundo que ya no perdura. Allí conocí el amor: fui feliz rodeada de muchos seres que me amaron y a los que jamás olvidaré porque los llevo en lo más profundo de mi corazón.
Ahora he de encontrar de nuevo el valor, he de volver a creer que tenemos futuro. Soy la responsable de los últimos agires y ellos confían en mí, Shukiro confía en mí. Entre estas paredes de metal deberemos renacer de nuestras cenizas, como uno solo.
Huimos de la destrucción, huimos del enemigo, huimos de la casi extinción de nuestra especie. La ironía del destino ha querido que nuestra tabla de salvación sea la nave de nuestro ejecutor: un ingenio alienígena que el genial Shukiro, mi nieto, pudo descifrar a tiempo.
Sobrevivimos solamente setenta mil doscientos tres agires; llegamos a ser más de catorce mil millones antes de la última gran guerra, antes del odio irracional que arraigó entre nosotros, antes de descubrir que un solo ser nos manipulaba y nos conducía sin remisión por la senda del autoexterminio. ¿Qué pretendía? ¿Qué finalidad suprema tenía nuestra aniquilación?
Mi colonia natal se llamaba Shailan (la poderosa Shailan), la ciudad más moderna, avanzada tecnológicamente y hermosa de todo el planeta Zem-met (la antigua), el cuarto planeta del sistema solar al que los humanos llamaron Gliese 581.
Nací soldado y como tal fui criada en la obediencia, en la disciplina y en el deber de proteger, incluso con mi vida, a la colonia. Pronto destaqué entre mis compañeros; era muy difícil encontrar una hembra (o un macho) con la inteligencia, las dotes de mando y una destreza para la guerra tan extraordinarias como la mía.
(continuará, aunque no se cuando)
Nota (1) Samel: medida de tiempo agir. Equivale aproximadamente a 1,48 años terrestres
De nuevo por aqui, tras unos meses fuera, amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro mucho de volver a saber de tí. A veces es bueno cambiar un poco la rutina para coger perspectivas de las cosas.
EliminarUn abrazo, amigo.
Que buen principio. La narradora insinua que la esperanza está en su nieto. Que tal vez lo sea. Y además está la mención a Gliese 581, donde puede haber mundos habitables. Estar informado ayuda a escribir ficción.
ResponderEliminarMe gusta cómo va la historia!! Suena interesante, y además me gusta la protagonista.
ResponderEliminarBesos!!
Es que las mujeres con pantalones dan para mucho :)
ResponderEliminarTienes buen material.
Saludos.
Muy buena narración, Ibso; lo único que te diría, es que pusiste autoestermínío y es autoextermínio.
ResponderEliminarMe gustan mucho los relatos de extraterrestres y tiempos futuros. Y tú los haces muy interesantes.Ojalá siga la historia.
Cariñosamente: Doña Ku
Por ahora nos has propuesto un buen principio de historia, faltará ver cómo sigue. Saludos.
ResponderEliminarMe encanta la ambientación del relato, futurista y con palabras que te hacen recrear la escena pero no fruncir el ceño e ir a buscar una nota al pie que diga qué significa. Hay grandes frases en el relato. Tiene muy buena pinta ;) Saludos.
ResponderEliminarMe parece muy interesante el inicio de este relato, espero que puedas continuarlo para seguirlo leyendo. Por lo demás una narración muy clara que me ha enganchado desde el primer momento. ¡Felicidades!
ResponderEliminarBuena historia, buen blog me parece cálido.
ResponderEliminarUn saludo
Me encantan este tipo de historias!!!
ResponderEliminarEspero que no demores mucho en continuarla. La historia es interesante y está muy bien llevada, invita a querer saber más.
Solo ví que le faltó tilde a las palabras cuánto y cuál de la frase "Me pregunto cuanto de todo aquello fue real, qué no fue manipulado, cual hubiera sido nuestro verdadero destino de no existir aquel mal antiguo,..."
Saludos!!
Me ha gustado mucho! Me encantaría que la siguieras, hay mucha tela de donde cortar.
ResponderEliminarNos leemos :)
Muchas gracias por vuestros comentarios tan positivos.
ResponderEliminarEste es un proyecto en que llevo tiempo trabajando con la esperanza de convertirlo en algo digno de ser leído. Es una historia compleja que se desarrolla en varios escenarios distanciados física y temporalmente y con una trama aparentemente independiente entre sí.
Para un aficionado aprendiz de escritor como yo, este es el mayor reto literario al que me he enfrentado. Confío en poder plasmar adecuadamente toda la historia como la he imaginado y que el lector logre entender el mensaje profundo que concentra su título: "El valor de la unidad".
Gracias por conversar en el camino.
ibso