Supervivencia programada (cuenta atrás)
Nota del autor:
Este es un relato que en un principio fue pensado y creado para formar parte de Las Crónicas de la Muerte Dulce. Por su desarrollo y estructura me fue imposible salvar algunos de los requisitos que Jose Vicente expuso, desde un principio, como fundamentales para ser incluido en dichas crónicas. En su papel de moderador del mencionado trabajo, Jose Vicente ha considerado que este relato cambia sustancialmente la idea general de todas las crónicas, y con gran pesar (lo que me consta fehacientemente) ha denegado su participación. Entiendo todas y cada una de sus objeciones y por mi parte no albergo otra cosa que no sea gratitud y admiración por su trabajo.
Por el esfuerzo y la ilusión que supone escribir, he decidido, no obstante, publicarlo aquí en mi blog. Espero que os guste.
ibso.
25 de noviembre de 2012
Sobre su escritorio reposaba el
informe inicial de lo sucedido. Había pasado la noche en vela tratando de
entender todo aquello, releyendo cada párrafo, repasando la lista preliminar de
los identificados hasta aquel momento y entre los que había militares de alto rango, científicos
eminentes de todo el mundo, magnates de los negocios, mentes prominentes de
todas y cada una de las ramas de la ciencia: Médicos, ingenieros, físicos,
químicos,... mucho de ellos Premios Novel. Cada uno con sus familiares más
cercanos: padres, madres, hijos, hermanos,...
No se habían encontrado
supervivientes. La radiación era demasiado alta para que nadie pudiera
soportarla; aún con un traje especial, la unidad de evaluación no podía
permanecer más de treinta minutos en el interior. Se estimaba que cien mil
personas habían muerto en aquellas instalaciones construidas durante la guerra
fría, un refugio diseñado para sobrevivir a un ataque nuclear y que solo él, el
presidente, podía autorizar su uso.
- Lo más sorprendente – pensó - es
que en ningún cadáver se ha encontrado rastros de la muerte dulce. ¿Cómo podían
cien mil personas estar libres de la pandemia que está aniquilando a la
humanidad?. ¿Cuánto tiempo llevaban escondidos allí?. ¿Cómo era posible que la cúpula militar de mí ejercito estuviera
involucrada y yo no supiera nada?. ¿Qué pretendían?...
Demasiadas preguntas sin
respuestas para el hombre, que se suponía, más poderoso de la Tierra. Preguntas
a las que no hallaría respuesta, ya no, no tenía más tiempo. El cosquilleo en
las manos y en los pies iba en aumento, confirmándole que su fin estaba muy
cerca.
20 de noviembre de 2012
- ¿No te importa que nos hayan secuestrado?
- ¡Pues no!. Fuera de aquí seguramente ya estaríamos muertos por
la “muerte dulce”. Ellos nos han dado la oportunidad de sobrevivir.
- ¿Y si fueran “ellos” los que la fabricaron?.
- No digas sandeces, Víctor. Eso sería un acto tan atroz que no
puedo creer que nadie fuera capaz de...
- Pues lo han sido, John, tengo pruebas. El general dio la orden
hace cinco meses y nosotros llegamos aquí a finales de agosto. ¿Recuerdas el
líquido que nos inyectaron nada más llegar y que se suponía era un complejo
vitamínico?.
- Sí.
- Era la vacuna a la muerte dulce. Tú eres un biólogo eminente,
dime pues: ¿cómo es posible que hubieran podido sintetizar una vacuna para un
virus tan letal en tan poco tiempo y, además, fabricado dosis para cien mil
personas, si no fueran también los creadores del germen?
- Pero... esto es una locura. ¿Estas diciendo que el general y
sus hombres son los responsables del mayor genocidio de la historia de la
humanidad?. ¿Por qué?.
- Piénsalo bien John, en este bunker se encuentran las personas
más eminentes del mundo, la elite científica, empresarial, y militar; se puede
decir sin miedo a errar que entre estas paredes están los hombres y mujeres más
poderosos de la Tierra, los verdaderos amos. ¿Crees que “ellos” iban a meterse
en un agujero como este durante no se sabe cuanto tiempo sin la garantía de que
cuando salieran siguieran conservando su poder?. Y no hay mejor manera para que este suceda que “fuera” no quede
nadie que pueda poner en riesgo su estatus.
- ¡Estas loco!. Todo esto es fruto de tu imaginación. No puedo
creer nada de lo que me cuentas. Y hay algo que no comprendo: ¿qué motivo les
indujo a meternos a todos nosotros en este refugio?.
- No importa amigo, entiendo que esta pesadilla sea difícil de
asimilar. Pero pronto acabará. No permitire que “estos asesinos” tengan la posibilidad
de sobrevivir al resto de la humanidad.
Deben morir auque para ello muramos todos los que nos encontramos aquí. Todo
esta preparado.
- ¿Qué quieres decir, Víctor?. ¿Qué has hecho?.
- No te alarmes, aquí será rápido. Solo quería despedirme de ti.
Has sido el único amigo que he tenido, siempre te aprecie como al hermano que
nunca tuve. Perdóname por haber decidido nuestro fin, pero no tuve elección.
John enmudeció
ante las lágrimas de Víctor. Lo conocía muy bien para saber que, fuera lo que
fuera lo que hubiera hecho, solo la desesperación y la impotencia podían haber
guiado sus actos.
La primera
explosión les arrancó la vida y destruyó el mecanismo de apertura de las
pesadas compuertas que les aislaban del exterior. Otras dos provocaron una
brecha en las paredes de reactor principal y auxiliar, derramando, con
extremada rapidez, una ola de radiación tan elevada que aniquiló a todos los
ocupante en pocos minutos.
30 de julio de 2012
El técnico sudaba copiosamente
por la tensión mientras seguía a su superior por la zona restringida de la
base. - ¡Sígame!, esto debe verlo el general – le había dicho tras revisar los
últimos datos obtenidos.
- ¿Qué certeza tiene de esta predicción? – le espetó el general
con tono inquisitivo.
- El cien por cien, señor – titubeó por un instante - Se han
introducido los datos tras comprobarlo reiteradamente. El resultado no ofrece
dudas.
El general despidió a sus
subalternos y con el informe en las manos se dirigió a su secretario.
- Convoca de inmediato al grupo de “los lobos”.
El secretario dudó por tan
insólita orden.
- ¿El presidente debe saberlo también, señor?
- Por supuesto que no, ese pusilánime jamás permitiría lo que
vamos a hacer.
Ese mismo día se reunían, en un
lugar secreto y con la máxima discreción, el grupo de los hombres más poderosos
del mundo. El general tomó la palabra.
- Señores, nuestras más agoreras sospechas se han confirmado: la raza humana se enfrenta a
su extinción. A finales de este año, el 21 de diciembre, el astro que nos dio
la vida producirá la explosión solar más enorme que se haya conocido jamás.
Esta llamarada arrasará parte de la atmósfera terrestre, haciendo inviable la
vida en la superficie durante un periodo indeterminado aún. Les he reunido aquí
con carácter de urgencia para iniciar el protocolo “SUPERVIVENCIA PROGRAMADA”,
que incluye, como saben, la exterminación premeditada del 99,99 por ciento de
la raza por el virus que hemos diseñado: el VMH-07. Haremos creer que ha sido
una mutación accidental de un virus común en un laboratorio secreto. La vacuna
para nosotros ya está preparada. Cuando esto termine, nuestra hegemonía seguirá
en vigor. Nosotros seremos los creadores de una nueva raza humana surgida de
las cenizas de una civilización agónica – su voz se exaltaba por momentos ante
esta posibilidad – Votos a favor.
Los diez miembros del grupo
levantaron la mano al unísono con una sonrisa de satisfacción.
- Bien, no esperaba menos de ustedes. Se inicia pues el
protocolo para el nuevo orden... o debería decir – ya no pudo aguantar la risa –
la perpetuación de nuestro orden.
Año 1012, península del Yucatán.
El discípulo de la gran Atziri no
podía comprender aquella importante omisión en el relato de la última profecía
de su maestra.
- Perdonadme mi atrevimiento, altísima inteligencia, pero
siempre me has dicho que debo preguntar aquello que no entienda, que esta es la
senda de la sabiduría.
Atziri lo miró con la dulzura de
una madre que desea trasmitir todo su saber al hijo que aún no entiende el
mundo que le rodea.
- Pregunta lo que gustes, mi brillante Itzel. Si está de mi
mano, ninguna de tus dudas quedará sin respuesta.
Itzel inspiró hondo y expresó en
voz alta la incertidumbre que lo reconcomía desde hacía varios días.
- ¿Por qué, sabia entre los sabios, no has relatado que Luna se
interpondrá en el camino de la llamarada solar, salvando al planeta y a sus
habitantes de su segura destrucción?.
Atziri sonrió con benevolencia,
como quién sabe mucho más de lo que desearía y no cuenta más que aquello que
puede comprender su interlocutor en cada momento.
- Porque no habrá una sino dos incidencias cataclísmicas y
contemporáneas en la existencia de los humanos, y nosotros ya no estaremos para
guiarlos, habremos vuelto a las estrellas.
- Dos dices, ¿cuál será la otra?
- La otra, mi querido Itzel, se producirá si el ser humano se
deja dominar por su propio egoísmo.
Esta respuesta fue tan enigmática
que Itzel no pudo, ni quiso, seguir indagando. Luego, tras meditarlo,
comprendió que Atziri no había respondido a ninguna de sus preguntas.
Ibso...hacía tiempo que no publicabas y pensaba que estabas de vacaciones, aunque fuera así vuelves con un gran relato, y un gran trabajo. Tienes mucha imaginación. Una estupenda transición hasta el tiempo de Atziri, clave de la salvación del planeta, por supuesto que si el ser humano fuera menos egoísta, uno por uno, toda la humanidad se beneficiaría. No entra en la idea de la muerte dulce, pero es dulce la intención y abogo por ella.
ResponderEliminarBesos
Anna J.R.
¡Vacaciones dices!, ya me gustaría. Lo que pasa que he estado un poco liado este mes. Gracias por pasarte y comentar. Espero que te encuentres bien.
EliminarUn fuerte abrazo.
Magnífico relato, amigo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Antorelo. Fue un reto escribir una historia "hacia atrás" y que fuera mismamente interesante. Espero haberlo conseguido.
EliminarUn abrazo.
Amigo Ibso. Primero que nada muchas gracias por tu comprensión, te lo agradezco enormemente. Y si, es verdad que me ha sabido muy mal no poder incluirlo, entre otras cosas porque me parece un gran relato, ya te lo dije, con una gran fuerza y desde luego bien trabajado, con un mensaje real sobre la insolidaridad y el egosismo humano.
ResponderEliminarAfortunadamente estás presente con un epílogo fundamental y extraordinario, que únicamente a tí se te ocurrió, ese hecho me sirve de consuelo sabiendo que tu nombre también forma parte de las crónicas de la muerte dulce.
Un gran abrazo amigo y muchas gracias
Afortunadamente existen personas como tú, capaces de englobarnos en un proyecto común.
EliminarUn gran abrazo para ti también.
Es un placer volver a leerte, Ibso.
ResponderEliminarMe encantó.
Gracias María.
EliminarHace algunos días que no paso por tu casa, te debo una visita, aunque sea virtual.
Un fuerte abrazo.
Entendidas las circunstancias, añadir que es un relato completísimo que directamente entronca nuestro nivel de evolución con nuestras aspiraciones. Me ha encantado, manito. Bss.
ResponderEliminarYo jamás lo hubiera dicho con esas palabras, pero sí, seguramente inconscientemente cree un relato que "entronca" evolución y aspiraciones de una raza. Gracias siempre por tus acertados comentarios.
EliminarUn abrazote, manita.
Buena idea. Se puede clasificar como ficcion paranoica, el temor a que pase algo produce un gran desastre. En este caso, la ironía es que en realidad, no hay tal peligro. Hay un factor favorable, cuyo conocimiento no está al alcance de todos.
ResponderEliminarBuena historia.
Excelente post lleno de conocimientos.
ResponderEliminarBesos y felices fiestas
Hola que tal, vengo a decirte que mi blog cierra, y estoy despidiendome de todos y dejandoos mensajes en mi blog de despedida. Agradecerte este tiempo, ya se por tus entradas, o tus comentarios en mi blog. somos muchos y no nos da tiempo todos dias ver todos. Gracias. y desearte unas Feliz Naviadad, y un 2013 lleno de muchas cosas buenas.
ResponderEliminarPor si llega el fin quiero dejarte el enlace de la felicitación que he creado en el diario de un loco "especial fiestas" junto con un abrazo para ti y todos los tuyos.
ResponderEliminarMUY BUENO MY BROTHER Y FELICES FIESTAS PARA TODOS.
ResponderEliminar