De la riqueza





La riqueza de la vida no se mide por cuanto tengamos, 
por cuanto sepamos o por cuanta notoriedad social consigamos;
el valor de nuestra vida nos la da 
cuantas personas nos aman y cuantas nos amarán.

Haced que os amen más,
incluso aquellos que jamás os conocerán.

ibso

 Fotografía tomada prestada del blog "Galería fotográfica Cristina Faleroni".
Autor: Dana Oreshkova

Comentarios

  1. Lindo de veras. Lo cierto es que procedo de una raíz, la paterna, donde nos sentimos ricos por el mero hecho de sobrevivir con dignidad, no desear lo ajeno y valorar lo importante para que la felicidad reine en nuestros corazones. Raíz afortunada, sin ningún género de duda. Bss.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ciertamente, sin ningún género de duda.
      Un abrazo, manita.

      Eliminar
  2. Buena y certera reflexión. Somos felices con cosas que no se compran.

    ResponderEliminar
  3. Para incitar a amar hay que empezar amando.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nunca puede ser amado verdaderamente quien no ama.
      Desvirtuando el sentimiento, amar puede ser un acto egoista que se confunda con el querer; sin embargo ser amado nunca será egoista sino altruista y he aquí donde radica el valor de la vida de aquel que consigue ser amado.

      Eliminar
  4. Así es, la esencia de la vida no se mide por la riqueza del dinero, sino por el amor, amémonos cada uno de nosotros, porque de esa manera podremos amar más a los demás.

    Muy bonita tu entrada, Ibso.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La última frase dá la clave sobre el amor del que hablo, ¿cómo es posible amar a quien jamás se conocerá?

      Eliminar
  5. Una entrada muy especial, muy tuya. Porqué tu amas a todo y a todos.
    Debes de sentirte muy feliz. Seguro.
    Yo te envidio, muy honestamente.
    Un beso muy grande para tí y família

    ResponderEliminar
  6. Para ser feliz un instante es suficiente con dejar de sentirse "uno", pero para ser feliz eternamente no bastaría con realizar todas las utopías soñadas.
    No me envidies, mi sufrimiento por "los lejanos" solo lo mitiga mi amor "por los cercanos".

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares