Los herederos de la Tierra (XII): el camino de la concordia



A veces pienso si la forma que tengo de ver este mundo es real o sencillamente es la alucinación de un loco. Puede que un poco de ambas. Lucho constantemente para que "mi verdad" no se convierta en "la tumba" de mi ceguera, aquella que siempre pone en primer lugar, sobre todas las cosas, a mi persona, a mi existencia. 


Yo estuve ciego, seguramente aún lo esté, y por ello trato de razonar con el corazón y sentir con la cabeza; aunque no estoy seguro de si esto servirá para ver las verdades de los demás. 

Pero hay algo que no cesa de incordiar mis pensamientos, una pregunta a la que no encuentra respuesta: ¿por qué no nos damos cuenta del valor de nuestra dependencia?. 

La raza humana vive la ilusión de una fragmentación que abarca a cada una de sus estamentos, desde las naciones hasta los "individuos" (hasta en el léxico se incorpora esta idea), una mentira que interesa, que beneficia en principio, pero que nos condena a un futuro incierto a cada uno de nosotros, desde el que la promueve hasta el que la acepta sin dudar.

Cada uno defiende sus intereses, su vida, su familia o su nación. Cada uno intenta labrarse un futuro, intenta tener una estabilidad económica o social que "le garantice" la supervivencia y el de su descendencia; y con este principio grabado a fuego, lucha encarnizadamente contra sus congéneres por obtener ese pedacito de "bienestar", ese trocito de futuro.

Seguramente soy un loco porque no me es fácil encontrar a un  contertuliano que se aproxime a esta idea, y mucho menos que profundice en ella. Puede que ni siquiera se entienda en toda su amplitud de lo que estoy hablando. Voy a poner un ejemplo a ver si así me aclaro un poco:

Cada especie viva de este planeta lucha por un trocito de tierra, aquel que le proporciona el suficiente alimento para sobrevivir. Pero si por cualquier motivo esta especie se multiplica y hace insostenible la capacidad del territorio para darles de comer, este los expulsa a otra parte (no sin antes cobrarse muchas vidas). La especie humana ha colonizado todo el planeta y éste se ha convertido en su territorio. Nuestro crecimiento desmesurado empieza a hacer insostenible la supervivencia de todos los miembros de la raza. Como no tenemos otro sitio a donde ir solo cabe una solución: acaparar recursos para unos y dejar que los demás se mueran. 

Esta solución, aunque pueda parecer drástica y terriblemente injusta es, como dice el refrán: pan para hoy y hambre para mañana. ¿Cuantas guerras y durante cuanto tiempo harán falta?. ¿Cuantas epidemias (naturales o fabricadas) pondrán en peligro nuestras vidas?. Una raza que lucha contra sus congéneres por la supervivencia siempre tiene el mismo fin: la extinción. 

¿Y por qué deberían sobrevivir todos?. ¿Por qué hay que actuar en concordancia con el resto de los individuos y naciones humanas?. La respuesta para mí es obvia: TODOS vivimos en la misma casa y esta casa puede alimentarnos a todos si somos lo suficientemente inteligentes para entender que la solución pasa por la concordia. Concordia desde lo más cercano (amigos, vecinos, familia), hasta lo más grande (ciudades, paises, continentes, planeta).

Otro ejemplo y con esto termino:

Imaginaos que sois náufragos y compartís una pequeña balsa con otras nueve (por poner un número) personas. 

Primero tenéis que racionar los víveres para que todos podáis sobrevivir hasta ser rescatados o hasta encontrar tierra por vuestros propios medios. 

Después de unos días las tensiones entre vosotros aumenta por la incertidumbre y el miedo de no ser rescatados, así que, entre todos decidís remar por turnos. Hay cinco remos. El primer escollo a salvar es ponerse de acuerdo en que dirección ir. Después de largas discusiones se decide hacer caso a un oficial (que por suerte o por desgracia) va con vosotros. Así que él y otros cuatro harán el primer turno. El otro turno, formado por otros cuatro náufragos y un marinero de avanzada edad, y que aceptó a regañadientes la decisión tomada (por considerar que el oficial es demasiado inexperto), convence a su grupo para remar en otra dirección, deshaciendo en parte por la noche, lo navegado por el día. ¿Conseguiréis salvaros todos?.

Un abrazo a todos y gracias por conversar en el camino.
ibso

Comentarios

  1. Me agrada encontrar en mi camino gente con mis mismas preocupaciones y mis mismos intereses.

    ResponderEliminar
  2. Lo mismo digo, aunque esto de estar loco puede tener consecuencias :).
    Un abrazo y gracias por comentar.

    ResponderEliminar
  3. El bienestar provoca egoísmo, la desgracia une, pero solo mientras se supera, entonces regresa el egoísmo.
    Del ejercicio, no Ibso. No todos los naufragos sobrevivirían. Sobrevive el más fuerte, porque llega la escasez y unos matan por sobrevivir, otros mueren de miedo o debilidad, más lo que explicas tan bien, no se ponen de acuerdo en el rumbo, igual que como estamos hoy. Creo que somos más maldad que bondad... La confianza la mermamos con mucha facilidad todos los días, que es titánico poder conservarla. Hoy estoy pesimista, a pesar de que soy tan optimista.
    Un abrazo con fuerza.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero no tendremos menos bienestar concordando nuestras existencias, al contrario, y es esto lo que debemos aprender.

      Es muy difícil que ningún naufrago sobreviva (ni siquiera los más fuertes). Si reman en una sola dirección y mantienen la esperanza común que otorga fortaleza y tesón, quizás tengan una oportunidad.

      Sé que lo que pretendo es demasiado grande para una sola persona, inmenso sería más apropiado, pero mi fe en el ser humano es inquebrantable, más allá incluso de las razones, y creo que es posible.

      Dentro de cada ser humano esta la luz de esa esperanza, también en ti, no lo olvides nunca.

      Un abrazote.

      Eliminar
  4. A medida que voy leyendo tu texto, más se aceptua el pensamiento de individualismo, a eso se tiende y creo que precisamente eso es lo que llevará a que cualquier barca naufrage.
    Un abrazo Ibso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La idea del futuro labrado con sudor y lágrimas (de forma individual) es falsa. Cada día vemos a miles y miles de personas que después de una vida de esfuerzo y sacrificio ahora no tienen nada. Vemos también, cada vez más, el caso contrario; personas que por sus contactos, su "buena suerte" o sus intrigas y aptitudes egoístas tienen un presente holgado sin haber “sudado la camiseta ni un solo día”.
      Por desgracia o fortuna, ni unos ni otros son ejemplos que creen una esperanza mínima de continuidad para nuestros hijos, porque ambos estilos de vida se basan en el individuo y no en la colectividad.
      Podría extenderme en demasía con este tema, pero para no aburrir lo resumiré burdamente en este dicho: "divide y vencerás".
      Un gran abrazo y gracias por conversar en el camino.

      Eliminar
  5. Hola Ibso, estoy de acuerdo con lo que escribes, yo lo veo asi. DIVIDE Y VENCERAS, eso es lo que se hace a nivel politico, naciones, vecinos, familias, etc......... Unos conscientemente, sabiendo bien lo que hacen, pues otros por creencias, educación, erroneas, o por lo que sea, al final con maldad, o sin ella, por comodidad, o por egoismo, va todo a lo mismo.
    No entiendo como poniendo y haciendo Union Europea, y moneda común, al mismo tiempo, España, se divide en idiomas, gallego, catalan, vasco, debía primar el castellano, y eso si conservar nuestro idioma autoctono y enseñarlo, pero a NARICES, NO, y comp prevalencia de idioma no??? sientiendose uno extranjero en su propia tierra, que querra decir ese cartel, en cataluña, pais vasco o galicia. No soy de ninguna idea politica, mi patria es españa, pero tambien el mundo, me encanta el gallego, el castellano el ingles, el vasco el catalan, el americano, pero tengo mas que hacer en mi vida, que saber mil idiomas, y más en mi pais. No eres un loco, porque si no tambien yo lo soy. Y hay muchos más como yo . abrazpo feliz semana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nosotros no somos locos porque pensemos o hagamos locuras, somos locos porque nos empeñamos en ver semejanzas donde casi todos ven diferencias; el camino de la concordia se recorre de este modo tan particular. El idioma, por ejemplo, solo es una insignificancia si de verdad se quiere comunicar, si existe ánimo de dialogo entre las personas. Porque lo más importante no debería ser nunca la lengua "patria", la cultura o tradiciones de un pueblo, la etnia o el color de la piel, la hegemonía tecnológica o económica,... lo más importante es que todos somos parte de una raza, que todos compartimos un mismo hogar y que todos construimos (o destruimos) un futuro común.
      Un abrazo y gracias por conversar en el camino.

      Eliminar
  6. Es positivo compartir con los demás porque compartiendo abrazaremos con la solidaridad porque el egoismo no conduce a nada más que a la soledad.

    Un beso.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares